domingo, 7 de marzo de 2010

Esto no es una pipa, de Jordi Adell

Blog de Jordi Adell

En las presentaciones es conveniente usar plantillas discretas, que no compitan por la atención del espectador con el contenido. La plantilla ideal es aquella que no se recuerde a la salida. Las plantillas “animadas” deberían figurar en el código penal. Y las corporativas o “de evento” (con logos de colorines en cada diapositiva, etc. son una mala práctica a la que hay que resistirse fieramente: ¿qué aporta el logo y el nombre de la empresa, universidad o congreso a todas y cada una de las diapositivas? Múestralo en la inicial y/o en la final y es más que suficiente.

El hecho es que la plantilla condiciona el significado de la diapositiva, incluso cuando usamos imágenes. Y aquí viene el juego. En cada una de las diapositivas siguientes aparece el mismo cuadro de Magritte. Es evidente que sin contexto y sin el discurso que “ilustra” es imposible atribuirle significado unívoco y que no sería lo mismo mostrarla a un público de publicitarios, de estudiantes en una clase de arte, de filósofos en un congreso sobre Foucault o en un taller sobre presentaciones. El juego es sencillo: averiguar qué “comunica” cada una de las diapositivas siguientes.

Diapositiva 1:

Diapositiva 2:

Diapositiva 3:

Diapositiva 4:

Diapositiva 5:

Diapositiva 6:

Moraleja: no da igual cómo mostremos las imágenes en las presentaciones. Debemos usar el lenguaje gráfico de acuerdo con nuestros objetivos.