lunes, 28 de mayo de 2012

Arte en la calle

Madrid bulle de gente y ambiente. Buscando ganarse la vida en estos tiempos difíciles, proliferan los artistas callejeros. Entre ellos, los mimos. Las personas que se disfrazan, que pintan su piel para parecer estatuas, cada vez derrochan más imaginación conforme aumenta su número. La competencia es grande y es preciso agudizar el ingenio para atraer la atención de los viandantes en estos tiempos difíciles.


Ayer, junto a la galería Thyssen, vi el mimo que más me ha entusiasmado, y los he visto geniales: una persona representando un grupo de dos gemelos sepultados en Pompeya por las lavas del Vesubio, circunstancia prolijamente explicada en un cartel junto al mimo. El artista tuvo que renunciar a su inmovilidad para responder a nuestras preguntas. La perfección del disfraz era absoluta. No podíamos creer que su gemelo no fuera humano. La lava era idéntica a la lava.

Aquí queda la imagen.